martes, 15 de noviembre de 2016

OM es más que un símbolo que decora camisetas.

Mirando atrás me sorprendo a mi misma de lo mucho que aprendo día a día. La ignorancia de ayer, con un poco de suerte y curiosidad, se convierte en el saber de hoy. Esta anécdota es un pequeño y concreto relato de como aprendí que era OM.


A finales de los 90 yo estaba entrando en la edad del pavo y como todas las pavas fui directa a cambiar mi vestuario. Ya no era una niña y quería destacar. Siempre me había llamado el rollo mas hippy, así que me adentre por las callejuelas del centro de Barcelona en busca de la tienda perfecta. En una de ellas encontré una camiseta muy chula, desteñida y con un montón de colores. En el centro había un símbolo que no había visto nunca. Curiosa de mí fui a preguntar al dependiente. Éste me contesto con superioridad y me dijo que era el símbolo del tripi. Si, del tripi. Esa droga que te hace verlo todo de colorines. Así que como no me van esas cosas deje la camiseta en su sitio y fui en búsqueda de otra tienda.

Pasaron los años. Unos años maravillosos es los que seguí creyendo que el OM era el símbolo del tripi. Y con esa alterada verdad en mi mente me planté en un clase de yoga. Llevaba años sin practicar y sentía la necesidad de volver a ello. Así que busque una escuela que se adecuo a mis necesidades y allí fui. La sorpresa fue al ver, colgado en la pared de la sala, un cuadro con el símbolo del tripi. Era enorme, en colores cálidos y pensé: "Dónde te has metido". Mi mente, con esa verdad alterada, empezó a cavilar, juzgar y pensar mal. Todo y eso me quedé, expectante de lo que pasaba en mi exterior. El maestro subió a la tarima e hizo la habitual conexión, hasta aquí todo bien. En un momento dado nos indico que debíamos cantar el mantra OM tres veces. Justo cuando sus palabras salieron de sus labios su mano señaló el cuadro. Entonces... ¿El símbolo del tripi era el sagrado OM? Me quedé con la mosca detrás de la oreja. Pero lo canté. Analicé a mis compañeros, al maestro. Me sentía fuera de lugar, ridícula e incluso con ganas de reírme a carajadas gracias a esa panda de locos.

Por suerte soy curiosa de naturaleza, así que busqué y encontré. Halle todo un mundo, extraordinario y mucho mas brillante que los colores que ves al probar un tripi
OM es mas que un símbolo que decora camisetas y paredes. OM es la sílaba primigenia. La vibración donde todo nace y a la que todo vuelve.

Os explico mejor:

El Yoga no es una religión. No tiene leyes sino recomendaciones. No discrimina sino que acoge. Es una camino hacía la dicha suprema y como en todo camino serio aparece en algún momento la devoción. Un Dios en un sentido muy diferente a lo que nuestra mente etiquetadora suele pensar. El Dios en yoga es un Dios personal, un estado de conciencia supremo. A este Dios yoguico se le conoce como el sonido, la vibración OM. El mantra mas poderos. OM es el puente entre el alma individual y el alma universal.

OM es el símbolo y AUM su representación escrita. Las tres letras de AUM representan las tres manifestaciones de la consciencia:

- Mundo consciente: Todo aquello que hacemos con pleno conocimiento. El consciente ilumina nuestras sombras y nos une al alma universal.

Subconsciente: el carácter que hemos adquirido, podría decirse el Karma. El subconsciente separa el yo individual del universal. Haciéndonos mirar el mundo de una manera o de otra.

- Inconsciente colectivo: Es el mundo arquetípico de lo universal: Belleza, amor, bondad... Aquello que todos nosotros llevamos de la manera más pura, sin alteraciones.

En el símbolo hay un elemento más. El punto superior. Éste representa el silencio, la reflexión. El vacío donde mora la realidad absoluta, la consciencia pura. 



Al meditar sobre OM los tres mundos se unifican y las modificaciones de la mente derivadas de nuestro Karma personal o familiar, de nuestras experiencias, de nuestra sociedad...etc. desaparecen.

En la Mundaka-Upanishad (S III a.C) define el OM como la flecha que lanza al alma individual hasta Brahman, el ser supremo. “... la diana es Brahman, el arco es OM, y la flecha el alma individual"

Cantar el OM al inicio de una práctica de yoga nos acerca a nuestra espiritualidad. Nos lanza hasta el alma universal para afrontar la práctica desde una mirada limpia, sin condicionantes. Los prejuicios formados por unas gafas sucias deben dejarse fuera de la sala de yoga. Si practicamos con una visión distorsionada no somos capaces de focalizar nuestra mente ni en el cuerpo, ni en la respiración y la espiritualidad se queda en simple gimnasia, que no esta mal, pero no es Yoga.  



Después de este paréntesis, y una vez insertados en el mundo OM, os sigo contando...

Volví a clase de yoga con la teoría bien sabida. Ese precioso símbolo ya no era para mí el Tripi que había imaginado. Ahora era algo limpio, sereno. Todo y así al cantarlo no me sentí cómoda. Los malos pensamientos se agarran a la mente como petróleo. 
Después de mucha práctica y consciencia llegó el día en el que dejé de pensar mientras la vibración del OM me recorría. Fue entonces cuando lo sentí. Todo aquello que había leído, la vibración en el séptimo chakra, la desconexión y liberación de la mente subconsciente. El bienestar, la relajación. Soltar la mente de los estereotipos marcados por la sociedad que te rodea, de la familia, de la ideología te hace ser consciente de quien eres. Un todo, sin dualidad, sin materia. Una única vibración. El OM. 

Recuerdo ese día, lo recuerdo porque sonreí desde el corazón al finalizar el mantra.  

Adriana Noguera



Si quieres mas información o te apetece que hable de algun tema en concreto puedes contactar conmigo en iogapaubcn@gmail.com

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